No, no eres el culpable.
No lo eres por intentar entender a los demás, por medir tus pasos según sus respuestas, por adaptarte o por modificar tu interfaz para encajar. Ellos no lo harán jamás por ti.
No intentes leer entre líneas: no hay significados ocultos. En lugar de perder el tiempo descifrando lo que no existe, inviértelo en ti. Céntrate en lo poco que te queda, en volver a encontrar esa puta luz que regalaste sin medir las consecuencias… aunque, quizá, sí esperabas algo a cambio.

No te pierdas.
Todos los sentimientos que llevas dentro —la rabia, la tristeza, la frustración, la soledad— son bienvenidos.
Serán ellos los que te enseñen una nueva forma de hablarte, desde la dignidad.
Cuando llegue la calma que hace mucho tiempo perdiste (llegará, no lo dudes), volverás a reconocerte.
Mientras tanto, no te pierdas y mantén la compostura.
Sé que no sabes cómo hablarle a tu yo para decirle que lo acompañas, pero inténtalo: no dejes que se hunda, que deje de caminar. Dile que mire siempre hacia adelante, y si por el camino tienes que parar para llorar —hazlo, como yo lo estoy haciendo ahora—, porque no es una vergüenza ni una deshonra.
Solo te tienes a ti, y serás quien te acompañe cuando mueras.

Sé que sabes lo que buscas.
Sé que aún no lo has encontrado, pero ahora tienes palabras para nombrarlo.
Y aunque no sepas si algún día lo alcanzarás (nadie lo sabe), ya no volverás a caer en el pozo del que no sabe interpretar, del que acepta pero sufre, del que se aísla porque no sabe expresar lo que siente.
Se acabó.
A partir de ahora hablarás claro, y la única persona a la que no debes dañar es a ti mismo.

Quizá descubras que tu Tokio está dentro de ti… o en otro lugar, el que menos esperes.
La vida solo te ha puesto pruebas.
No tienes nada que perder.
Ya sabes: sal a partirte la cara con el asfalto, es lo que mejor sabes hacer, de lo que te vanaglorias cuando hablas de vencer los problemas.
Pero no es un problema entender tu lenguaje.
Tampoco lo es no encontrar a quien lo comprenda.
Aunque, ¿a quién vas a engañar, pobre cretino?
En el fondo, quieres perderte en ese Tokio y sentir que has conectado.

(Escrito desde el ruido que viene antes de la calma)

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Filed under: Bitácora personal - @ 19 de octubre de 2025 11:51

Etiquetas: autocuidado