⚔️Dragon Ball Z: L’Appel du Destin (Mega Drive, 1994) — El rugido Saiyan en territorio Sega
Durante la llamada guerra de los 16 bits, el catálogo de exclusivos podía ser decisivo para inclinar la balanza entre Super Nintendo y Mega Drive. Entre las licencias más codiciadas se encontraba Dragon Ball Z, fenómeno global que ya arrasaba en televisión y en los salones recreativos. Mientras Nintendo, de la mano de Bandai, ofrecía una amplia gama de títulos centrados en el combate 1 vs 1 y el RPG, Sega no parecía un buen lugar para los amantes de la saga… hasta que en 1994 recibió Dragon Ball Z: L’Appel du Destin, conocido también como Dragon Ball Z: Buyuu Retsuden en Japón.
Un título que, aunque llegó tarde, marcó un hito al ser el único juego oficial de Dragon Ball Z para Mega Drive.
⚔️ Una apuesta lógica en plena era del 1 vs 1
El título sigue la filosofía de la saga Super Butōden de Super Nintendo: combates uno contra uno, escenarios de gran tamaño y pantalla dividida cuando los personajes se alejan. Fue una decisión natural: el público ansiaba un versus fighter con el sello de Dragon Ball, y el género estaba en plena efervescencia gracias a Street Fighter II y Mortal Kombat.
👊 Plantilla y modo historia
El juego ofrece 11 personajes seleccionables, cada uno con su propio final y una campaña individual:
- Son Goku (Super Saiyan)
- Son Gohan (Super Saiyan 2)
- Piccolo
- Vegeta (Super Saiyan)
- Trunks adulto (Super Saiyan)
- Célula (forma perfecta)
- Androide Nº18
- Krilin
- Freezer (forma final)
- Likum
- Ginyu
El modo historia recrea los enfrentamientos clásicos del anime, aunque con ciertas licencias narrativas —como rutas alternativas si el jugador vence donde el personaje original fue derrotado—. Este enfoque ofrece una rejugabilidad interesante y un incentivo real por explorar la historia de todos los combatientes.
Sin embargo, se echa en falta un modo torneo o algún sistema de progresión adicional: el clásico 1P vs 2P resulta algo limitado en comparación con sus contemporáneos.
🕹️ Jugabilidad y control
El sistema de combate presenta una curva de aprendizaje moderada, típica de los títulos de Dragon Ball en 16 bits. Cada luchador posee dos barras: una de vida y otra de ki, indispensable para ejecutar cualquier acción o técnica especial. Los movimientos característicos del anime están presentes —Kamehameha, Final Flash, Makankosappo—, y cada personaje oculta un combo secreto de gran potencia, lo cual añade un elemento de descubrimiento muy atractivo.
La respuesta de los controles, aunque sólida, puede sentirse algo rígida al compararla con producciones como Street Fighter II’, especialmente en la detección de comandos diagonales.
🎨 Gráficos y animación
Visualmente, el título cumple pero no deslumbra. Las animaciones son algo bruscas, y los escenarios carecen de profundidad por la ausencia de parallax scrolling, algo que la Mega Drive podía manejar sin dificultad.
Aun así, detalles como el movimiento del cabello y la ropa durante la carga de energía muestran la atención y cariño del equipo de desarrollo.
En términos generales, se sitúa por encima del primer Super Butōden, pero por debajo de sus secuelas en Super Nintendo, especialmente en lo referente a fondos y efectos visuales.
🎵 Sonido y ambientación
La banda sonora, aunque no utiliza los temas originales del anime, ofrece composiciones enérgicas y pegadizas que acompañan bien el ritmo de los combates. Las voces digitalizadas —gritos, ataques, jadeos— extraídas del anime aportan un toque de autenticidad, aunque los efectos de sonido se vuelven repetitivos y de calidad irregular.
🧩 Conclusión
Sega y Bandai ofrecieron finalmente a los usuarios de Mega Drive un “auténtico” Dragon Ball Z, que sin alcanzar el brillo técnico de los títulos de Super Nintendo, logró capturar la esencia y la emoción del anime. Un juego que llegó tarde a la batalla, pero que supo dejar huella en el corazón de los fans del universo Saiyan.
Filed under: Análisis videojueguil - @ 27 de abril de 2012 09:02
Etiquetas: dragon ball z, megadrive, sega